El muerto no era yo
Mira, este correo es un poco especial. Diferente si se quiere.
Y podría ser de utilidad para tu negocio. O no. En todo caso, lo decides tú.
Te cuento.
Por incapacidad técnica, negligencia, displicencia, incluso ignorancia, llegué a un punto en que tuve distintas listas de suscripción y no las supe o no las quise gestionar correctamente.
Algunos de los que hoy reciben este correo no habían recibido nada mío hace meses. Otros, hace algunas semanas; otros, hace algunos días.
En un principio no me di cuenta. Luego me di cuenta y me dije que lo solucionaría manualmente en algún momento… algún momento que se aplazó y aplazó.
Pero bueno, hoy llegó el momento. Estoy unificando todas las listas en una, así que seguirás recibiendo mis correos varias veces a la semana.
Bien, si no quieres ser parte, abajo de todo hay un enlace para cancelar tu suscripción.
Si quieres permanecer, seguirás recibiendo mis correos en los que siempre pero SIEMPRE, intentaré venderte algo.
Ahh, y también te comentaré algunas de las cosas que han pasado en este tiempo.
Hechas las aclaraciones, ahora viene lo que más me gusta. Sí, intentar venderte algo jaja.
Pero partamos por la lección. Este correo guarda una importante para tu negocio. Y para la vida, si me lo permites.
HONESTIDAD.
Dale a tus clientes motivos reales para confiar en ti. Motivos reales para que quieran ser parte de tu negocio. Motivos reales para que quieran comprar lo que vendes.
Los motivos reales no son perfectos; pueden estar llenos de errores, desaciertos, buenas intenciones pero malas maneras… pero son lo que son.
Te aseguro que tus clientes te recordarán más y mejor que a los negocios que se venden de determinada y perfecta manera, pero no como lo que son.
En fin, que me alargo y tengo muchas cosas por hacer aún.
Si quieres comunicar a tus clientes lo que eres, lo que es tu negocio y por qué deberían confiar en ti, tengo un servicio que te podría interesar.
Es por acá: