La velocidad de tu negocio puede no ser vertiginosa

La velocidad de tu negocio puede no ser vertiginosa

 

Iba camino al metro en la mañana. Estamos en otoño, las mañanas cada vez están más frías, con menos sol.

El aire se está haciendo cada día más helado, las nubes son más y más.

Yo caminaba con la energía de lunes luego de un finde de esos recargados de ricas compañías y mejores experiencias.

 

 

En eso, doblando por una calle, a unos pocos metros de mí, aparece una pareja trotando. Doblaron hacia la misma dirección que iba yo así que quedaron unos pasos delante.

Me dio la impresión que rondaban los 50 años, aunque no me fijé mucho al principio. Solo los vi de espalda trotando delante mío.

Pero al par de minutos, ya casi llegando al metro, me fijé que seguían a la misma distancia que antes. A la misma.

O sea, para que nos entendamos, trotaban a la misma velocidad que yo iba caminando.

Bueno, por lo general camino rápido en las mañanas, pero me pareció curioso.

 

 

Recordé al Felipe de hace algunos años, cuando todo era competencia, todos eran rivales a vencer, cuando toda ocasión de demostrar que podía ser superior en algo la aprovechaba, y pensé que en ese entonces me hubiera reído de esa manera de trotar. Ni siquiera lo hubiera llamado trotar.

Pero hoy, aparte de respetar mucho a las personas que entrenan, que practican deportes, pensé que al final el ritmo que llevaban era justamente SU ritmo.

No el mío.

Ni el de Usain Bolt.

No. SU ritmo, de ellos no más.

Y que, más rápido o más lento, estaban avanzando, mejorando, aprendiendo, creciendo. Siendo mejores, en definitiva.

Y dejando de lado las excusas, las objeciones, para mover el culo como el cuerpo lo pide.

 

 

Bien. Sigamos.

Lo mismo de esta pareja pasa con nuestros negocios.

¿Que salen a trotar?

No.

Pero sí que se mueven a su propia velocidad. No a la velocidad del referente. No a la velocidad del que empezó años antes ni del que llegó después.

No a la velocidad del que fue nombrado en un artículo del diario, ni del que fue mencionado en un mail de alguien con más autoridad, ni del que fue entrevistado en el podcast del famosillo.

No.

Tu negocio se mueve a su propia velocidad. El mío a la suya. Y el de los demás a la propia.

 

 

¿Es mejor ir más rápido?

Tiendo a creer que sí.

Pero más imporatante que eso, es seguir avanzando. Ir dando pasos, uno tras otro, sin parar.

Hay un montón de obstáculos que pueden aparecer y demorarnos el camino. Un montón de obstáculos que quizá escapan de nuestro alcance y no los podemos evitar.

Pero sí, podemos seguir para delante, creciendo, aprendiendo y consolidando nuestro negocio. Consolidándonos a nosotros mismos.

Y disfrutando el camino, pasándolo bien, para que sea una experiencia que queramos continuar.

 

 

Y bien, acá es cuando con calzador te ofrezco mis servicios.

Una manera de acelerar el paso en tu negocio es atraer más y mejores clientes. Y coincidentemente a eso te puedo ayudar.

Ya sabes,