Ni con todo el dinero del mundo podrías conectar con tu cliente
Venía en el metro en la mañana y vi un anuncio de falabella (una de las multi tiendas más grande por estos lados) donde aparecían los gordos del precio de la historia.
Ya sabes, Rick y su hijo, y el tonto del pueblo Chumlee.
Esos del «no lo sé, Rick, parece falso»,
«te doy 5 dólares y me estoy arriesgando»,
«llamaré a un amigo que es experto en ‘lo que sea’«…
Bien, el anuncio mostraba en primer plano a Rick con un teléfono en la mano, en el que se veía la app de falabella, junto con la brillante, creativa, rompedora, disruptiva frase
NOS TOMAMOS EN SERIO LO QUE VENDEMOS
¿En serio?
¿Eso tienen para ofrecer?
¿Pagaron no sé cuánto (asumo que muuucho) para contratar a estos tipos para luego soltar eso?
Bueno, quizá todo el presupuesto se fue en los rostros y después le pidieron al practicante que escriba algo.
Mira, el otro día te decía que era necesario mirar hacia dentro, ver lo que tienes para ofrecer para luego contárselo a tu cliente.
Me refería a armar un relato de tu marca, tomar posición, tener un color, un tono, una personalidad…
Atraer a tu cliente, seducirlo con tu identidad de marca.
Pero para eso, sí que es necesario mirar afuera. Ver quién es tu cliente.
Qué le gusta.
Qué no le gusta.
Qué desea.
Qué teme.
Qué hace.
Qué no hace.
Y luego, juntas todo, lo de adentro y lo de fuera, y armas tu relato. Y se lo llevas a tu cliente.
Si lo haces así, te aseguro que no dirás cosas como que te tomas en serio lo que haces.
No, estamos hablando entre adultos. Clientes con cabeza. No hace falta insultarlos con esas cosas.
Puedes hacerlo mejor. DEBES hacerlo.
Si quieres destacar, digo. Y vender.
Por acá te podría ayudar. Aunque no lo sé, Rick…