Ya no se esfuerzan más… quizá no son los segundos

Ya no se esfuerzan más… quizá no son los segundos

 

Una batalla publicitaria que podríamos llamar histórica. Bueno, histórica para los que nos dedicamos a esto.

Hace muchos años dos empresas de arriendo de autos, rent a car que le dicen los gringos, se disputaban palmo a palmo el mercado.

 

La primera marca, a la cabeza del mercado, iba a lo suyo.

La segunda, dedicaba su inversión publicitaria a decir que «se esforzaban más ya que solo eran los segundos».

Se esforzaban en ello. En decir que como eran los segundos, tenían que esforzarse más.

Y así, nacieron algunos anuncios míticos en este mundillo de la publicidad.

 

 

¿Por qué te cuento esto?

Mira, pasé el finde más el lunes, disfrutando de los últimos días de sol de este otoño, junto con María Consuelo (la Escuala Digital) y su bronceado cuerpo perfecto.

Ya sabes, días de playa y sol, paletear en la arena, descansar, dormir, comer rico…

Todo maravilloso, como debe ser.

 

 

Pero no comenzó así. Comenzó mal.

Arrendamos un auto. No en los primeros, en los segundos. En los que se esfuerzan más. En los que no pueden darse el lujo de hacerlo mal, porque son los segundos.

¿Y qué crees?

No se esforzaron más. No lo intentaron mejor. No demostraron que son solo los segundos.

Un servicio pésimo. 2 horas perdidas en el aeropuerto, intentando solucionar problemas para que nos entreguen el auto; ellos, los que se esfuerzan más.

2 horas intentando que cumplan con el servicio que ya estaba contratado de antemano.

2 horas intentando entender cómo los que se esfuerzan más no tenían NINGÚN auto con los documentos al día (nota: acá los permisos de circulación y los seguros obligatorios de los autos vencen los 31 de marzo y el servicio estaba contratado a contar del 1° de abril).

2 horas perdidas, desgastándonos, escuchando excusas de los encargados (y no de los responsables), intentando buscar alternativas para poder llegar al hotel y por fin salir a cenar.

2 horas perdidas, hasta que el responsable apareció sin dar la cara, por teléfono, para decir que nos podíamos llevar un auto con los documentos vencidos o nada. Irnos a pie por medio del desierto, quizá quería decir el hijoputa.

 

 

No sé en qué se esfuerzan más. Al menos con nosotros, se esforzaron en hacerlo mal.

Pero bueno, finalmente se solucionó: Un adolescente que trabajaba (cosas que suceden en estos lados) en el corral de autos que la empresa tiene en el aeropuerto, encontró UN auto con los documentos al día. UN auto. EL auto que nos llevamos.

Y pudimos continuar con nuestro viaje. Cambiar el humor, no sin dificultad, sonreír y seguir adelante.

 

 

Bien.

La lección de hoy claramente no es para atraer clientes. Es lo contrario.

Es una antilección: Cómo perder clientes.

Da lo mismo si eres el primero, el segundo o el último. Pero si dices que te esfuerzas más, hazlo para atraer clientes y no para alejarlos.

Si no lo dices, esfuérzate también. En atraer.

 

 

Bueno, tengo un servicio. Sirve más para atraer clientes que para repelerlos (o al menos eso digo yo).

En cualquier caso, puedes juzgarlo tú mismo.