Los huevos del conejo

Los huevos del conejo

 

Este domingo fue la típica entrega de huevos de pascua. Ya sabes, el conejo que viene y te deja escondidos por ahí huevitos de colores, de chocolate. Rellenos, huecos, sólidos, dulces, amargos… en fin.

 

 

La tradición de los huevos de pascua proviene de un ritual pagano. Creo que tenía que ver con la llegada de la primavera o algo así. Y la primavera, ya sabes, asociada a la fertilidad y esas cosas.

O sea, ya lo estarás viendo, no tiene relación en su origen con la resurrección y todo lo que los cristianos conmemoran en semana santa.

 

 

Por mi parte, no fui criado en un entorno apegado a dogmas religiosos, así que esta fecha (como tantas otras) no tiene un significado trascendente para mí.

Hago como muchos otros, aprovecho que tenemos un día feriado (viernes santo, no sé si es así donde sea que leas esto) y me zampo todos los huevos que puedo… de pascua, que no se mal entienda jeje

 

 

Bien.

Si miras en el mercado, parece ser que muchos negocios fueron criados en un entorno apegado a dogmas. Apegados a hacer cosas que, sin tener claro por qué las hacen, «hay que hacerlas».

Y que los demás, viendo que «hay que hacerlas», también las hacen.

Ser muy activo en redes sociales.

Hacer networking.

Ir a congresos y seminarios a aplaudir y alabar a la eminencia de turno.

Decir que tienen 3.567 años de experiencia.

Que son un equipo multidisciplinario dispuesto a ayudarte en todo momento…

Y tantas otras.

 

 

Mira, de repente hay que entender de dónde vienen las cosas. Por qué se hacen.

Quién las hace o las hizo y cuál era su contexto.

Quizá te llevas alguna sorpresa.

Y te das cuenta de que esos dogmas no lo son tanto. Que sí pueden ponerse en duda.

Incluso, que pueden ser incorrectos. Hereje.

 

 

Bueno, me gustan las herejías.

Tengo un servicio donde partimos por librarnos de dogmas e intentamos encontrar el camino más adecuado para tu negocio.